En la mar se balancean barcos grandes, inhóspitos, duros, ajenos a la sensibilidad del barco pequeño. Las lágrimas nunca afloraran por la proa de hierro, ni las bodegas de acero del mercante. Las lágrimas se hunden en la cabina de máquinas del pesquero, como si fueran porcelana de carne y hueso. Marineros desaparecidos en el choque entre las Islas Cíes y el Cabo de Monte Ferro, son héroes diminutos en aguas llenas de secretos.
La vida es una lucha sin tregua entre el calma y la tempestad, entre el todo y la nada, entre el dolor y la alegría, la frustración y la aceptación, la sonrisa y la melancolía, entre el ser y el no ser. La vida es un guerra entre la mar y la tierra.
A los marineros muertos entre las Cies y el Monte Ferro, descansen en paz. Con cariño a sus familias.
La vida es una lucha sin tregua entre el calma y la tempestad, entre el todo y la nada, entre el dolor y la alegría, la frustración y la aceptación, la sonrisa y la melancolía, entre el ser y el no ser. La vida es un guerra entre la mar y la tierra.
A los marineros muertos entre las Cies y el Monte Ferro, descansen en paz. Con cariño a sus familias.
Ana Maria Tapias Garcia
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