Un 28 de Marzo, dejó el poeta la vida, en una cárcel en Alicante. Su sensibilidad vive en la España de los versos; que canta las Nanas de la cebolla, a quienes deciden escuchar la voz de la tierra; a quienes recogen el llanto de las manos ensangrentadas; a quienes sostienen el balanceo de la miseria sobre sus pies, que caminaron bajo la estela de la España derrotada, en los campos de fusilamiento, en las cárceles de la vanguardia franquista, en su viaje al exilio. Miguel, dejó sus amapolas en el alma del sudor yuntero.
Con todo mi cariño, a la memoria de Miguel Hernández
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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