Hay días, que cuesta más caminar que otros. La mirada se esconde bajo la niebla, pegada a los edificios. Lloramos, cuando oímos a esos músicos callejeros, que nos llenan el alma de sonidos. La vida, parece terminada en el anochecer. Sólo nos queda soñar, para caminar sin miedos.
Ana Tapias
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