Nunca me gustó hacer, lo que era costumbre. Los domingos iba a misa, por obligación. Mis hermanas, llevaban vestidos, yo iba en vaqueros. A los dieciésis años, no idolatraba la discoteca. Me gustaba más, quedarme en casa, oyendo la Cadena Ser, a Lama, en los deportes. Nunca he llevado tacones, pese a medir, 1,46. No sé cocinar, ni coser, ni planchar, ni me gusta ir de compras. Soy de las que apuestan, por los planos inclinados; esos en los que te puedes perder, sin miedo a ser infeliz.
Ana Tapias
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