La noche invita a la desnudez, en una fuente de un parque olvidado de Segovia. Apenas hay gente por la calle, y la que hay, huye del silencio, buscan la comodidad de las paredes, que no reflejan sombras, ni fantasmas del ayer. Todos seremos fantasmas, en medio de la noche, acurrucados bajo un cuerpo que no se sostiene, que se tiende al aire, bajo el adiós.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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