jueves, 2 de marzo de 2017

Acoso escolar

En estos últimos años, la sociedad está tomando conciencia del "Acoso escolar o bullying"( palabra que no me gusta). Escribía, en mi cuarto, que está al lado del comedor, donde tenemos una televisión. Oí, como una mujer decía" Pasados cuarenta años, del acoso que sufrí, aún no le he superado". Me sentí identificada. Nunca sonreí desde los seis hasta los dieciséis años. Sus rostros han surcado mis pesadillas, cuarenta años. Vivo en una ciudad pequeña, donde las calles hablan entre si; encuentro sus figuras; leo en sus ojos maldad.  Bajo la cabeza, no quiero volver a ser aquella niña, humillada, denigrada, vejada, por ser tímida. Ellas, caminan erguidas, indiferentes, pausadas, a mi dolor. Aparece en mi memoria, mi cuerpo, tumbado en el sofá-cama del cuarto de estar; pensando en si el suicidio, sería la mejor opción, para acabar con aquel sufrimiento eterno. Al día siguiente, volvía al colegio, triste, agotada, en modo silencio; para ser de nuevo, sometida a sus burlas. Terminé mis años escolares, con nombres tatuados en mi piel:  Beatriz, Teresa, Marta, Esther, Virginia, Isabel, Miriam, Javier, Cristina, María Ángeles, Aránzazu,  Sonsoles ; el paso del tiempo, no los ha desdibujado, siguen en el mismo lugar; hiriendo mi memoria, que sangra al recordarlo.
 El acoso escolar, es un drama, al que uno se acostumbra en la madurez. Nadie debería morir en la infancia,  en la adolescencia; yo fui asesinada,  muchas veces, en las aulas, ante un crucifijo, que, como mis profesores, callaba.
Ana Tapias,
He roto mi silencio, a pocas personas lo he confesado(la gente no lo entiende) para apoyar a las victimas. No ha sido fácil, escribir esto. Tengo muchas lágrimas escondidas en el recuerdo.




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