Marilyn Monroe, sigue siendo un mito. Cada verano, subastan fotos suyas envueltas en suave erotismo, dulces sonrisas, cálidas miradas. Pero, lo cierto es que Norma Jeanne, murió en extrañas circunstancias un 5 de Agosto, de 1962. Cuando la mayoría, no éramos ni proyectos en la imaginación de nuestros jóvenes padres. Quienes, admirarían, a esta mujer gigante, en la pantalla. Al salir de ella, Norma, era como un semáforo, cargado de sombras rojas y luces amarillas. Sus lágrimas no fueron fotografiadas. Los focos buscaban su glamour operado. Su pelo teñido. Su sonrisa ficticia. Los mitos deberían bajar del olimpo, para acercarse a la realidad, de la que acaban huyendo.
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