lunes, 28 de agosto de 2017

Farolas a media asta

  Siempre quise caminar bajo la lluvia, al lado de una farola, cubierta de ella, no de abandono. Lo imposible se vuelve posible con tan solo desearlo. La lluvia resbalaba por mis acontecimientos, silenciosa, ausente, pensando en que aconsejarme. Me mojaba con ganas, quería bautizarme de nuevo, olvidarme de mi religión. Soy atea o agnóstica, no lo tengo decidido aún, ni creo que lo haga nunca. La humedad se prolongaba por mis extremidades, al compás de la luz de la farola;  que me invitaba, a soñar con los ojos abiertos. Detesto derribar pesadillas, por eso, sólo por eso, quería caminar soñando.
 
Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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