Leo un articulo desgarrador en el diario" El Mundo", titulado" O te acuestas conmigo o te convertiremos en una niña-bomba", firmado por Alberto Rojas. Descubro la tortura, a la que someten a las niñas nigerianas, los soldados de Boko Haram. Tienen dos opciones: o tener sexo con ellos, o ser usadas como bombas. La muerte, se convierte en su destino, acompañando a sus cuerpos indefensos, que bucean dentro de una sociedad, que no han elegido, las ha elegido.
Desde el espejo de la no violencia, es complicado empatizar con quien la practica, la ejerce, la usa, como un arma de expresión. Las niñas-bombas, no deberían ser realidad, ni tan siquiera, en los delirios de cualquier asesino, pero lo son en Nigeria. Donde el dolor se ha impuesto sobre el sentimiento.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
Desde el espejo de la no violencia, es complicado empatizar con quien la practica, la ejerce, la usa, como un arma de expresión. Las niñas-bombas, no deberían ser realidad, ni tan siquiera, en los delirios de cualquier asesino, pero lo son en Nigeria. Donde el dolor se ha impuesto sobre el sentimiento.
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