lunes, 18 de diciembre de 2017

Comas del silencio

Me gusta madrugar, a pesar de no tener trabajo ahora.  Lo hago por comodidad, por costumbre, por necesidad. Tras una noche llena de pesadillas, que es un viaje  a una realidad desconocida, autárquica, dictatorial. Anhelo  que el silencio se esparza por mi pensamiento, antes de ajustarlo al ruido que  es contaminación de otros mundos, basusra cósmica, metralletas con decisión,  lagrimas  ni techo, sonrisas incompletas, besos con maquillaje, pasos desafiantes, palabras sin sentido, hechos sin justificación, errores metódicos, soledades impropias. Al amanecer, busco la comas del silencio, me cobijo bajo su perdón, para sobrevivir ajena al dolor de un mundo que nunca terminaré de comprender.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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