El grosor de la noche es espeso, profundo, insospechado. Ha de atravesar la barrera del silencio para ser escuchado. Sus palabras son débiles, agónicas, febriles; tal vez, nunca entienda sus cambios de humor, en verano tiene calor, en invierno expulsa frío. Los edificios inmersos en su desnudez de formas, alzan el escote de sus prejuicios hacia la luna. Ella. inmaculada de miedos, sonríe ante la habitación oscura donde el amor ha triunfado, tras décadas de lucha. Ella, absorta en los astronautas que no llegan, destila gases sobre las calles. Ella, inmune a la soledad barre la necesidad del amor. El grosor de la noche es un arco iris de utopías.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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