Ya no me queda más remedio que meterme de lleno en la Navidad. Que no tengo claro si me gusta o no, porqué como siempre ando dividida entre el si y el no. Mis amigos, me mandan WhatsApp con canciones, con frases, con hormonas de felicidad. Mi si a la Navidad, es feliz, se somete a los buenos deseos, a los precipicios emocionales de recordar el pasado. La melancolía de mis navidades de niña, que apenas recuerdo con claridad, me acecha permanentemente. Mi no a la Navidad, es indiferente, ante tanto derroche de color. Piensa que, medio mundo sobrevive en blanco y negro; que los buenos deseos no son exclusivos de estas fechas, que han de prolongarse el resto del año; que mucha gente se muere de hambre, mientras que otra se atiborra de comida sin sentido; que la ilusión es eterna, no victima de las luces que encienden nuestros ojos al mundo de las buenas personas, que compran regalos para ser mejor personas y no defraudar a sus seres queridos. Si por mi fuera, pasaría de puntillas por estos días de reuniones con familiares, con amigos, con enemigos
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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