Las sombras son como las cigüeñas huyen
del ser humano; tal vez, seamos demasiados malos; obligadamente imperfectos;
tercos soñadores, para los seres invisibles que se deslizan a nuestro lado sin
comas; apoyados por los puntos y
aparte; tal vez, en lo más recóndito de su horizonte, hablen entre ellos; se consuelen; se
aconsejen; se besen con el abecedario; como a veces hacemos seres con corazón.
Ana Tapias( todos los derechos reservados))©
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