Los y las, las y los; nuevos,
nuevas; nuevas y nuevos; ministros, ministras; ministras,
ministros. No quiero pecar de ser políticamente incorrecta, prometieron su
cargo, con un añadido "Mantener el secreto en el Consejo de Ministras y
Ministros". Antes se decía sólo "Ministros". Dejando a un lado la gramática(
siempre aburrida, estricta, monoparental), es la necesidad de que las mujeres
tomemos decisiones, ocupemos altos cargos, dirijamos periódicos, empresas,
bancos; dejemos de soñar en diferido para hacerlo en directo. Este cambio,
empieza por el lenguaje, que sigue anclado en el pasado amarillento,
erosionado, vencido, por un presente donde las mujeres hemos de combatir contra
el silencio, contra la ausencia, contra las dudas, sobre si seremos capaces más
allá de la falda, de los tacones, del maquillaje, de las canas. No
tendríamos que demostrar nada, pero, cada día, nos levantamos y lo hacemos.
Ana Tapias( todos los derechos
reservados(©
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