El paso del tiempo siempre llega, nunca es
eludible, ni permisivo con nuestros deseos de ser eternos; somos efímeros, y
eso se refleja, en el paso de las estaciones sobre nuestro cuero cabelludo, que
se va yendo hacía el territorio de la duda. Sí, todos seremos ataúdes con
memoria, con recuerdos, con besos, con lágrimas, con caricias, con deformidades
Si, todos olvidaremos el amanecer, para entregarnos al ocaso, por eso, es bueno
adaptarnos a las horas y no pedir milagros al cirujano de la realidad.
A mis cinco sobrinos con todo el amor su
de tía.
Ana Tapias( todos los derechos reser,vados)
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