1 de abril

Un 1 de abril de 1939, el ejercito sublevado, declaró el final de la Guerra civil, aunque las palabras exactas de Franco fueron."...Cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado...." Desde ese mismo momento, España, se convirtió en una cárcel dentro de millones de cárceles, que callaban el sufrimiento, que obedecían sin rechistar, que negaban la libertad de sus pasos. Nadie podía  pensar en alto, sólo si cantabas la misma canción que ellos y levantabas su puño. Los perdedores, en las guerras siempre pierden todos, fueron asesinados, torturados, encarcelados. Los ganadores, en las guerras, nunca ganan  nadie, sobrevivieron al silencio de sus familias rotas, con la esperanza de que algún día la paz volviera a su país descuartizado por el odio. Pasados ochenta años, aún no se han abrazado las dos Españas, que se huyen, pero que en el fondo se necesitan.

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Ausencias y la lluvia

Hoy, el día de tu partida hacía nuestros corazones, no quiero perder la memoria, para no te vayas del todo. Cada día, te veo sentada en el lugar de tu sofá, que nadie ha ocupado, por miedo a que seas solo una fotografía ; por el deseo, de verte, aunque seas invisible; por la necesidad de abrazar tu silencio; por la obligación de respetar tu soledad. Cada día, te busco, en cada, rincón de la casa, para que me abraces, para que me consueles, para me digas “Que todo irá bien, que no llore", pero tu respuesta es ausencia,  y  sigo llorando.

Con todo mi amor, a mi abuela Encarnita Heredero Sanz, en su 13 aniversario.

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Metamorfosis del destino

El tiempo es un reloj, que de espaldas a nuestra vida, parece que manejamos las manecillas del tic-tac, pero en cualquier momento se dan la vuelta y vemos la esfera, sujeta a un día, a una hora, a un segundo;  donde nos evaporamos sin remedio, cubiertos de dolor, de lágrimas, de recuerdos. El destino, nos ha cambiado la forma, el sentimiento, el rumbo de nuestro cuerpo y nuestra mirada, que queda perdida, en unas viejas lentes enterradas en un cajón de la casa.

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La politica española

En un mes, tendremos elecciones generales para elegir al Congreso y al Senado. Para ser presidente se postulan cuatro candidatos que no candidatas. Todos son jóvenes, apuestos, valientes, agresivos, luchadores, inmaculados, originales, cautos, preciosos, sinceros, elegantes, decididos. Aman a  España por encima del poder, creen en la igualad, están en contra de violencia, saben sumar y restar, multiplican sueños, vencen al cambio climático, batallan contra el paro, sonríen ante la prensa, mastican proyectos, construyen utopías en el tendero, caminan sobre las encuestas. No sé, si alguno me representa. No me identifico con barbas,  con pelos largos, con granitos camuflados, con voces trémulas,  pero, he de votar, y elegiré al menos malo, aunque no comparta  sus demagogias electorales,  porqué llegados al poder, todos hacen lo mismo: sobrevivir.

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Dar de comer a la monotonía

Madrugar, oír el despertador o estar media hora antes despierta;  empezar a mirarme  el cuerpo y ver que estoy entera, que no soy un alma que vaga en sentido contrario al viento;  caminar en silencio, hasta llegar a la cocina, donde  los cubiertos aún  contaminados de nostalgia nocturna;  me parecen preciosos para fotografiar; meter la leche en el microondas, sacar la leche del microondas, mojar tres galletas, la dieta es la dieta;  conectarme  a Facebook; leer la Constitución; enchufar la radio. Comprender que la vida, es un esperpento de Valle Inclán. Abrir los ojos, de verdad, para volver a la rutina, que a veces necesito caramelizar para no caer en la derrota

 

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Llorar al recuerdo

Con los años, uno aprende a no llorar en público, a ahogarse en el silencio, a escribir en la soledad de los objetos de nuestros muertos, que no tiramos por temor a perderlos para siempre; porqué resucitamos la felicidad al abrazarlos; porqué querer creer que vivieron a pesar de nuestro olvido.  Hoy, vi el vestido de mi abuela, Encarnita, que hace trece años que nos dejó huérfanos de sonrisas, y me ahogué en un mar recuerdos, de donde sé que nunca volveré

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Mi abuelita Encarnita

Hoy era uno de esos días importantes en la familia;  un día donde las sonrisas acudían sin pedirlas, sin preguntar si eran necesarias o no para seguir creciendo; un día donde nos reuníamos para celebrar el cumpleaños de la abuela. Encarnita, nació un 25 de marzo de1914, en el seno de una familia, trabajadora. Tenía una hermana, Inés, y luego llegó Amador. Su padre, Manuel, murió de un cáncer, cuando era pequeña, así que, para ayudar a su madre, Flora, iba a vender caramelos con su abuela a la plaza mayor de Segovia. Era rubia de ojos verdes.  A los 14 años, se puso a trabajar en la fábrica "Klein", donde conoció a, Leoncio;  el amor con el que vivió más de cincuenta años, hasta que la muerte los despidió. Mi abuela, nunca hizo una tragedia de las muertes a las que se enfrentó: su padre, su madre, su hermano, su hermana, su marido, siempre buscó el lado positivo, que nos inculcó a los que la cuidamos, en el último tramo de su existencia. Mi abuela, me regaló, la forma de la felicidad, que no llora, que lucha, que cree en la vida hasta la final. Hoy nos volveremos a juntar en torno a la mesa, abuelita, te presentaré a tus  cinco bisnietos; una de tus bisnietas , se parece mucho a ti.  Ponte guapa, píntate los labios, las uñas, como hacías siempre,  porqué tenemos que soplar las velas, 105 años, abuela de mi corazón.

A la memoria de mi amada abuelita Encarnita

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El grito del olvido

Las víctimas de las guerras, de todas aquellas que conocemos, de todas aquellas que ignoramos, gritan desconsoladas, hambrientas, solitarias,  sus asesinatos a mano de seres que ignoraron sus sonrisas, sus lágrimas, sus pestañeos, sus pasos, sus amores, sus odios, sus tragedias, sus alegrias, sus anhelos, su lucha, sus aciertos, sus fracasos, sus éxitos. Las víctimas de las guerras, gritan desde la incertidumbre de no ser recordadas, de ser abandonas a la suerte de su destino, de ser olvidadas en la memoria de quienes amaron.
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El paisaje

El paisaje desabrocha mi mirada, la contagia de su entusiasmo, de su tristeza, de sus verbos, de sus sustantivos, de sus adjetivos, de sus puntos y comas; que lo convierten en mis pupilas, en una cadena de sentimientos, que me acercan a la risa a las lágrimas, de la erosión del tiempo, que es siempre vive bajo el olvido.

A mis cinco sobrinos, con todo el amor de su tia, espero ser eterna en vuestros corazones, os quiero: Santiago, Alonso, Guillermo, Mariana e Inés
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La infancia

Últimamente, me noto cansada, tal vez, debería tomar vitaminas para el ánimo, o dormir mejor. Mis padres andan revisando, viejas cosas que pululan por los armarios de casa. Unas las colocan, otras las tiran. Participo en esta selección natural del tiempo y del espacio.  Al lado de mi silla, dejaron una bolsa que había ignorado toda la mañana. Por la tarde, mis defensas bajaron,  decidí mirar dentro de la bolsa, gris, grande, sin esperanzas de  encontrar nada que me hiciera ilusión, Me hice paso con las manos y allí estaban las " Lloronas y el Miletos"( muñeco de la fotografía) Con las " Lloronas" no podía jugar, se estropeaban, así que, Miletos, era uno de mis muñecos favoritos. Lo saqué de la bolsa, le di un abrazo emocionado,  que me pareció eterno" Estoy viva", le dije, entre lágrimas ,silenciosas, mientras le seguía abrazando como si fuera, aquella niña, que soñaba sin despertar a la realidad.

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El tiempo

No podemos ser indiferentes, al tiempo,  a su latido, ni a sus formas, ni a sus constantes vitales, Observamos, viejas, fotografías, de familiares, que quedaron difuminados en nuestra memoria, si es que alguna vez estuvieron.  Ellos no son nosotros, pero nosotros seremos ellos algún día, para una mirada ajena, que nos mirara con curiosidad, sin desvelos, con distancia hacía nuestros sufrimientos, que yacerán, demacrados, envueltos, sujetos al olvido, donde el tiempo no tiene cura.

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Distancias

La vida, a menudo, es mejor observarla de lejos para no contaminarnos del aire que respiran, ciertas personas, que a pesar de ser guapas, esbeltas, sencillas, esconden el odio en sus corazones; que expulsan,  como si de un veneno imposible de evitar se tratara, por eso siempre es bueno, mantener la distancias

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Caminar

Caminar no es fácil, exige, equilibrio interior; sospechas de no caerse; decisión de continuar.  Nuestros pasos han avanzar pese a los baches, que circundan la acera; porqué, necesitamos abrazar a nuestro destino,  sin dudas, ni vacilaciones, ni lágrimas; porqué, hemos de atravesar rostros sombríos, lúgubres, toscos; porqué, somos personas que a pesar todo aman caerse y levantare. Por eso, aún con nuestro cuerpo cubierto de cicatrices siempre caminamos

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Realidades

Nos chocamos, incesantemente, contra nosotros mismos, en diversas realidades, que se acumulan bajo nuestra mirada, que duermen en nuestra sombra,  que salen a caminar,  que lloran sin palabras,  que ríen sin verbos, que aman sin adjetivos, que suspenden amistades, que celebran encuentros, que vocalizan sin ecos, que añoran la infancia. Todas  ellas, son como las flores, se van marchitando hasta volverse olvido

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El recuerdo

A veces, dudo hasta de que existan mis recuerdos,  o he de inventarlos para sobrevivir al dolor, que siempre me acecha y  salta sobre, mi vida, incesantemente,  desvertebrándome en pedazos, que no sé, cómo reconstruir para volver a sonreír;  para ser yo, sin ser interrogada por mis lágrimas, que acuden, a mi vida, en la clandestinidad de mis amaneceres; donde el despertador me pone frente al espejo de mi existencia.

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Comparaciones sin sentido

Ana Frank, fue una niña judía, nacida en, Fráncfort 1929, que murió  en 1945 en el campo de concentración de Bergen Belsen( Celle, Alemania).  Según las últimos estudios que busco en Internet, hubo 42.500 campos de concentración y fueron asesinados veinte millones de judíos. Ana Frank, hubiera sido uno más en la lista, pero, Ana, escribió un diario, los dos años, que estuvo escondida junto a su familia.

 "... Miércoles, 10 de marzo de 1943

Querida Kitty

Anoche, durante el bombardeo, se produjo un cortocircuito. No consigo sobreponerme al miedo que me causan los aviones y las bombas me paso casi toda las noches en la cama en la cama de mis padres, en busca de protección.,,,"

",,,,Sábado, 1 de mayo de 1943

Querida Kitty

Vivimos reducidos, el verdadero sentido de la palabra..."

"... Viernes,  4 de agosto de 1943

Querida Kitty

Hace ya más de un año que te cuento cosas sobre la vida en el anexo, y sin embargo, no llegaré nunca a darte una idea exacta de esto.

"...Viernes, 1 de agosto de 1944

Cuando se ocupan demasiado de mi me pongo arisca y después triste y volviendo una vez más a mi corazón hacia el lado el malo para ocultar mi lado bueno, sigo buscando el medio de llegar a ser la que me gustaría ser, la que sería capaz de ser, si.... no hubiera otra gente en el mundo...

La Consejera de la Presidencia de la Generalidad de Cataluña,  ha aludido a una frase de Ana Frank" No se nos permita tener nuestra opinión. La gente quiere que tengamos la boca cerrada, pero no eso no te impide tener una opinión propia..." No tiene sentido esta comparación, ya que, en Cataluña no vive en la II Guerra Mundial; ni ella, está escondida ante la amenaza de ser detenida  en cualquier momento por no pensar como el resto. Ella, vive en un país democrático donde hay que respetar la Constitución, no entenderla a su conveniencia. Si todas las comparaciones son odiosas, las que aluden a las víctimas aún más Elsa.

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Pasado, presente y futuro

No sé si pertenezco al pasado, al presente, o al futuro. Viajo, escalonadamente, de unos a otros, sin pasar por ningún aeropuerto; eso me ahorra la prisa de no perder el vuelvo; la esperas de embarcar; la duda sobre si el avión  se caerá o no. Vuelvo al pasado, junto a mis abuelos, maternos y paternos. Creo en los reyes magos, en las castañas asadas, en los sueños de chocolate, en la mermelada de albaricoque, en los muñecos con vida. Quiero hacerme mayor, para llevar zapatos de tacón como mi abuela y mi madre. Caigo en el presente, no llevo tacones son incomodos, y me duelen los pies. Me he vuelto, atea  de la vida, pero sé, que es maravillosa por tenerla. Le pregunto a mi sobrino mayor “¿Dónde me enterrará?", " En la tierra", responde “No quiero que me coman los gusanos", replico “Si estás muerta, que más te da", contesta con aplomo. Me imagino siendo devorada por gusanos, carnívoros, que no respetaran mis curvas tan en forma. “Esto de viajar, es como una vieja máquina de coser, nunca sabes donde te va a dejar el hilo de tus argumentos”, pienso.

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Despistes de la limpieza

La suciedad es  despiste de la limpieza; que nunca es perfecta;  que es nunca es un círculo cerrado; que siempre rompe emociones, que se quedan, enmohecidas, abandonas,  enclaustradas, en la memoria: laberinto de sucesos,  envuelto entre sonrisas y lágrimas, entre dudas y certezas, entre silencios y palabras, entre soledades y besos. Pero llega el día, donde hasta la suciedad es parte del ayer.

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El paso del tiempo

No queremos morir, pero lo hacemos, cada día, lentamente, agazapados, ocultos, escondidos de la visión  del ataúd, nuestro destino; donde acabaremos abandonados en medio de la  irrealidad. Intentaremos abrir nuestros ojos, invisibles, para vernos convertidos en moho eterno. Llorado en las pupilas, de quienes nos recuerden.

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A quienes me recuerden

Tristeza

.     Todos estamos abocados, en un momento u otro de la vida a la tristeza. Cada uno, la  padecemos de una forma. Depende de las personas que nos fallan; de los inconvenientes que nos acechan;  de las enfermedades que nos afectan; de la desesperanza que nos rodea. La nostalgia nos invade;  nuestro cuerpo olvida sueños,; desdibuja la esperanza;  acaricia el sufrimiento. El dolor, ahoga nuestros pasos, que se postran en la inmovilidad de lo eterno, que es abismo para nuestras lágrimas. Pero, una vez, asumida, monologada, caminada, nuestra tristeza. Podemos, poco a poco, sonreír con más fuerza, con más ímpetu, con más verdad, porqué somos fuertes,  porqué somos valientes,  porqué somos reales.

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Enterrar el olvido

¿ El olvido es el perdón encubierto? Mi ateísmo religioso, me impide perdonar a quienes me hicieron llorar; a quienes me decepcionaron como personas; a quienes me golpearon el animo; a quienes me dejaron postrada en la enfermedad. Siempre que sufro, no logro controlar las defensas de mi cuerpo, y termino por llenarme de mocos. Tengo  desde hace una semana,  una tos impertinente, que me acosa a cualquier hora del día, sin previo aviso. Sé que esta tos tiene nombre y apellidos, y he  de escupir, todos los recuerdos  para enterrarlos de una vez.

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¿Qué pasa en Venezuela?

La situación de Venezuela, es insostenible con una bicefalia representada por Guaidó, y Maduro. Guaidó, es el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, reconocido como presidente por muchos países de América del Norte, del Sur, de Europa.  Maduro,  es el dictador, que impide que llegue a la ayuda a humanitaria, a un país, cuyos ciudadanos se mueren de hambre; otros, se han exiliado para poder sobrevivir. Un dictador, que no duda en encarcelar, en usar a las fuerzas y cuerpos de seguridad contra quienes no piensan como él. Un dictador, que permite un apagón de luz, que lleva ya tres días, donde, los cadáveres,  se apilan en los insalubres, desangelados, desabastecidos  hospitales. Venezuela, ha de salir de esta esclavitud a la que esta sometida,  para ello, no es necesario el paso por la violencia(No olvidemos que el dictador la usa a su antojo) Es necesario, que los venezolanos, lideren una reconquista pacifica de sus derechos, para ello, han de contar con el apoyo de los militares, que han de aliarse con el pueblo del que forman parte.

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Vuelve

Vuelve, es la palabra, clave, enigmática, imprescindible, del regreso de Pablo Iglesias, tras su baja de paternidad. Él, sale de espaldas con el puño levantado. Solo falta, la canción del turrón “el Almendro", para llorar, y volvernos hacía el recuerdo de sus discursos en el parlamento; de sus mítines en pabellones cargados de igualdad, de lucha, de no pasaran;  de sus encuentros en la tercera fase, con los independentistas, catalanes, en la cárcel, para negociar los presupuestos del Estado; de su pacto de los botellines, que le une aún más a la izquierda, progresista, necesaria, auténtica, que se merece este país.  Pero, parece que a sus compañeras, que a sus compañeros, de partido, creen que el anuncio del camarada es machista. Así, que, en el próximo cartel,  querido, retornado, escriba Vuelva, por la paridad de todos y de todas.

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El recuerdo

El recuerdo, queda plasmado en una fotografía, escondida en un sobre, que alguien encuentra de casualidad. Intenta empatizar, con rostros disfrazados de felicidad, que un día celebraron una boda, vestidos de negro. Entonces se llevaba el negro, era la época de la postguerra. Procura sonreír, a quienes no conoció, pero supo de  sus vidas, por las palabras de sus abuelos; quienes contaban,  ese día, en blanco y negro. Los ojos de los personas de la fotografía, se han transformado con el paso del tiempo, en limones, exprimidos, bajo la mirada de alguien. que nunca entenderá la importancia del sentimiento en rostros sin bautizar.

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Soy mujer

Juliana, mi bisabuela, paterna, tuvo 18 hijos, solo, ocho sobrevivieron; trabajó cuidando a su familia. Florencia, mi bisabuela, materna,  tuvo tres hijos. La muerte repentina de su marido, la hizo ponerse a trabajar con tres hijos, pequeños, y ,con solo un riñón. Evarista, mi abuela, materna,  tuvo ocho hijos. Trabajó toda su vida en el campo. Encarna, mi abuela, materna, tuvo dos hijos. Trabajó en varias fábricas, hasta que,  la guerra civil, la postergó en el  hogar. Carmen, mi madre, tuvo  tres hijas.  La hubiera gustado  estudiar, pero sus padres decidieron que lo hiciera su hermano y ella se casara.  Sus vidas, sus conquistas, sus derrotas, sus lágrimas, sus sonrisas, circulan por mi corazón que late desde su memoria. Soy mujer por ellas, desde ellas, con ellas.

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Con todo el amor de su tía, a mis dos sobrinitas. Mariana G. T e Inés. F.T.

El olvido

Nos cuesta entender, que llega un día donde los momentos se ahogan en la inmensidad del mar; que las sonrisas yacen moribundas en medio del camino; que las personas no son lo que esperábamos y hemos de dejarlas marchar para no llorar más.  El olvido no es fácil, pero si necesario, para sobrevivir dentro de nuestros sueños de felicidad.

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¿Hacer la huelga feminista o no hacerla?

Mañana, 8 de Marzo,  es el "Día de la Mujer", se ha convocado una huelga feminista.  Ahora, no tengo trabajo, por lo tanto no puedo parar en mi actividad laboral; tampoco sé, si voy a dejar de hacer las cosas de casa. En realidad no tengo casa, es de mis padres. Nunca me ha gustado barrer, planchar, limpiar el polvo, poner la lavadora, cocinar; a duras penas consigo terminar estas tareas, en las que pongo empeño, pero nunca me quedan bien. No me gusta que ningún partido, me diga cómo tengo que pensar, dónde he de manifestarme, qué consignas he de gritar. Así que, seguiré luchando por la igualdad, por la no discriminación, desde mi atrezo de emociones, de sentimientos, de actos,  cada día, para que, las mujeres seamos visibles y visibilizadas.

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Esperas

Hay esperas, que se hacen eternas. Sobre todo, si acabas de perder el autobús por un minuto, y el siguiente, no pasa hasta dentro de cuarenta minutos. Esos 2.400 segundos, se convierten en una tortura, lenta, desasosegada, octogenaria; por  querer estar  en un sitio, y tener que sobrevivir en otro; donde las personas van y vienen tan rápido, que no  da tiempo a amarlos, ni a odiarlos; donde los objetos, se olvidan tan pronto ,como el silencio de la esperanza que siempre huye; donde las sonrisas y las lágrimas, se tergiversan en las papeleras, repletas de sueños truncados; donde, la imaginación vaga entre los restos de nuestras guerras. La vida, a veces, se entiende en el asiento de una estación de autobús.

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Muerte de la amistad

Estoy sufriendo el duelo por la despedida de un amigo. No hará más de que un mes que se fue.  Esta despedida, se une a la de una amiga, con la que compartí más de dieciséis años de momentos. A ella, a veces, me la encuentro, por las calles de nuestra ciudad. Nos miramos como si no nos conociéramos. En mis recuerdos, se mezclan los dos dolores. Lloro sin parar, sin cesar, sin lágrimas, ante sus rostros. Sé, que fui buena persona con él, con ella; que no tienen nada que perdonarme, pero, la amistad como la vida, muere, lentamente, a pesar de que los corazones sigan latiendo

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