martes, 26 de marzo de 2019

Dar de comer a la monotonía

Madrugar, oír el despertador o estar media hora antes despierta;  empezar a mirarme  el cuerpo y ver que estoy entera, que no soy un alma que vaga en sentido contrario al viento;  caminar en silencio, hasta llegar a la cocina, donde  los cubiertos aún  contaminados de nostalgia nocturna;  me parecen preciosos para fotografiar; meter la leche en el microondas, sacar la leche del microondas, mojar tres galletas, la dieta es la dieta;  conectarme  a Facebook; leer la Constitución; enchufar la radio. Comprender que la vida, es un esperpento de Valle Inclán. Abrir los ojos, de verdad, para volver a la rutina, que a veces necesito caramelizar para no caer en la derrota
 
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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