Nos chocamos, incesantemente, contra nosotros mismos, en diversas realidades, que se acumulan
bajo nuestra mirada, que duermen en nuestra sombra, que salen a
caminar, que lloran sin palabras, que ríen sin verbos, que aman sin
adjetivos, que suspenden amistades, que celebran encuentros, que vocalizan sin
ecos, que añoran la infancia. Todas ellas, son como las flores, se van marchitando
hasta volverse olvido
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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