No sé, si alguien querría sentarse en esta silla que
conservo desde que era una niña, para hablar conmigo en estos días de soledad;
donde solo escucho palabras, invisibles, de las fotografías en blanco negro,
que aprendo a descifrar desde el recuerdo. No sé, si alguien, me echa de menos,
y me busca entre sus silencios. No sé, si alguien me necesita y me llama
con el corazón. Pero, anhelo escuchar alguna voz me haga viajar hacia
la esperanza.
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