Vivimos en un "Estado de
Alarma", inédito en nuestra democracia, debido a un virus letal, de cuya
única manera de no contagiarse, es quedarse en casa, agotados, apostados,
postrados, ante el reloj; mirando, inquietamente, sus manecillas, días y
noches, noches y días; donde el insomnio, pervierte nuestra capacidad de
pensar; nos aboca al olvido, hemos olvidado quienes somos, porqué luchábamos,
a quien odiábamos; nos ha convertido en tragedia intemporal; nos ha pervertido
para no rebelarnos. Sobrevivimos en una monotonía, sin aire, contaminados por
el miedo a morir, donde el reloj es nuestro verdugo.
Ana Tapias( todos los derechos reservados) ©
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