No sé, en cuantos yos me puedo disgregar, tal
vez, me descomponga en tantas caras, que nunca me reconocería si me viera en el
espejo. Soy como un pájaro que vuela sobre
la realidad, para teñirla de fantasía; algunas veces, soy invisible; otras
veces, me quedo muda; mis palabras, se atragantan dentro de mis cuerdas
vocales, que han olvidado hablar, y, que
han aprendido a llorar. No sé, si cada noche, vuelvo a mí, en mis sueños, que
me acercan a mis seres queridos, que ya no están, tal vez, ellos sepan decirme
alguna vez quién soy.
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