En el Madrid de las alturas se olvida mirar los charcos de silencio. Charcos que duermen en las viejas tiendas abandonadas bajo mantas. Charcos de sangre de la última victima de la violencia de género: Patricia. Charcos de inmigrantes que cruzan las calles con semáforos en rojo.
En el Madrid de las alturas se rescata árboles pero no personas.
Ana Maria Tapias Garcia
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