Voy a colgar mi sonrisa en una de estas grúas. No admite las atrocidades de la guerra Siria. Nunca he podido matar ni tan siquiera a una hormiga, tal vez a alguna araña eso no lo negaré.
Mi mente se niega a admitir que existan los torturadores ni las torturas. Mi sonrisa lee que 11.000 presos han muerto en la cárceles sirias por torturas. Mi sonrisa se resiste a creer que la violencia forme parte de la política de un estado para ganar una guerra. Las guerras no deberían existir, deberían vivir exiliadas jugando partidos de fútbol.
Voy a colgar mi sonrisa en un sueño no más violencia, no más torturas, no más sangre.
Ana Maria Tapias Garcia
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