viernes, 3 de enero de 2014

Somos hojas...

No somos tan fuertes como nos creemos. No somos troncos de árbol que nunca caen. Caemos como caen mis lágrimas al escuchar música en la calle. Soy un ser humano que sufre ante las injusticias y me da igual  las rebajas que llenan los escaparates de las ciudades. No necesito estar envuelta en un anuncio para ser feliz. Para ser feliz necesito la sonrisa de un niño que come ratas en la India.
Mi yo se  tiñe de lágrimas que cubriré de indiferencia ante los demás, no me gusta que  me vean llorar,  y menos en la calle  ante la soledad de un músico , que sólo tienen sus manos para no ahogarse dentro de la realidad.

Ana Maria Tapias Garcia.

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