lunes, 20 de enero de 2014

Mirada de peladora

Leo su vida en unas cuantas líneas se gana la vida " pelando gambas". Sus ojos no lloran ni sus manos. Estoy cansada de escuchar a mis amigas sus quejas sobre sus buenos trabajos, no son explotadas y viven muy bien. Ella la peladora trabaja quince horas y apenas descansa a sus dieciocho años no sueña, mal vive dentro de otra vida. Su vida sería la de una joven con anhelos de sonreír. Su sonrisa se ha quedado en un marco de fotos de la injusticia. La injusticia de una sociedad que come gambas mientras otras son explotadas por pelarlas.
Ana Maria Tapias Garcia.

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