miércoles, 29 de junio de 2016

La casa de los abuelos

Siempre que voy al Cubillo, pueblo de mi padre; visito la casa de mis abuelos: Evarista y Saturnino, dos campesinos hechos del barro, del hambre, de la carestía, del ahorro. Lloro en cada rincón, en cada recuerdo, en cada beso impuesto por la  distancia. Mis lágrimas, quedan colgadas del ayer, que  me  apena visitar, por temor a no saber volver al hoy.

Con todo mi amor a mis abuelos.

Ana Tapias

Danza Invisible

Una de las actividades de las fiestas de Segovia, era un triple concierto de los " Trogloditas, Danza Invisible, y los Rebeldes". Iba emocionada a ver el cantante de Danza Invisible, siempre estuve enamorada de él, y de ese beso con sabor a amor, que nunca llegaba.  Han pasado veinte años, o algunos menos, desde que era la canción mágica en las noches de los sábados, en los bares atestados de jóvenes. Jóvenes que anoche éramos adultos. Miré sus caras, algunas mujeres tenían los ojos acuosos. Entendí la vida o parte de ella. Cuando todo parece eterno en la juventud, sólo las lagrimas se desvanecen; en la madurez, todo se desvanece menos las lágrimas. Dejamos atrás amigos. que murieron de repente, sin pedirnos permiso, acosados por la deuda de un horizonte al que no pertenecían. Bailé, salté, reí, sabiendo que la música cura la tristeza, que llega desde el otro lado del espejo.

Ana Tapias.

Atentado en Estambul

 Tres terroristas( como me cuesta escribir esa palabra) suicidas, fueron extremadamente felices, asesinando a 43 personas.  No entiendo, que haya  seres humanos, destinados a ser armas, que escupen cadáveres en las calles.  No entiendo, la sangre como forma de expresión, de queja, de reivindicar un estilo de vida. No entiendo, a quienes se disfrazan de intolerancia, para no asumir la realidad. La lucha se ejecuta desde la palabra, con el verbo, a través de la soberanía. El ISIS, amenaza cada uno de nuestros gestos, de nuestros pasos,  de nuestras pequeñas victorias; para sentirse más fuerte, no lo es. Nos podrá matar a todos, pero nunca nos arrebatará la memoria de la sonrisa, esa que esgrimimos al soñar con  un mundo más justo.
Ana Tapias

Dias de parque

Mis tres sobrinos, viven en Madrid, atados al horario de sus padres: de ocho a seis. Madrugan, van al trabajo, apenas tienen tiempo para respirar, para jugar, para ser niños. Al llegar el verano, siempre vienen unos días a Segovia, a casa de los abuelos. Les compro palas, rastrillos, cubos con formas de castillo, pistolas de agua, globos de agua, pompas de jabón; para ir al parque y liberarse de la cárcel que es su rutina. El parque, es conocido como "18 de Julio", nombre de un hospital que la Junta de Castilla León, tuvo a bien cerrar,  a pesar de que es necesario para la ciudad y provincia.  El parque es pequeño, coqueto, tranquilo; vamos los vecinos.  Feli, es una abuela minifaldera, tocada por la gracia de una peluquera que la tiñe las canas, de sus setenta años;  maquillada hasta no dejar rastro de sus arrugas. Lleva a sus dos nietos al parque, que van impolutamente vestidos. Les ha prohibido acariciar el agua:  creando una frontera de odio, de expulsión, de rechazo; hacia mis sobrinos. Si mojan algo grita enfurecida" Y ahora lo limpias".  Feli, es una dictadora de la tristeza, sus nietos no sonríen; hablan como si fueran seres mayores, sujetos a la responsabilidad de la lavadora. He de soportar a esta tirana, que me mira como si fuera una loca, que permite la sonrisa, la alegría, la felicidad. He de callarme, alejarme de su sombra, que refleja la victoria de una educación caduca, nostálgica, y llena de miedo a ser uno mismo. ¡ Sus nietos se lo pierden!


Ana Tapias

martes, 28 de junio de 2016

El 26 J

Estoy desconsolada, despeinada, desconcentrada, y todo por las encuestas electorales  que vaticinaban la victoria de Pablo Iglesias. Ya le imaginaba en el balcón presidencial, y a Rajoy diciendo que dimitía. Pero nada de eso  ha pasado. Pablo Iglesias,  se ha quedado compuesto  y sin novia, y Rajoy ha ganado escaños, así que no se irá. Pedro Sánchez,  ha salvado al PSOE de la gran derrota, de  la madre de todas las derrotas, vamos, y el Partido socialista ya no sabe qué hacer. Todo es confusión entorno a la rosa, si Juan Ramón Jiménez abriera los ojos y viera como la han dejado, mataría a Platero. Tal vez, necesite el rescate de su amigo Albert Rivera, que se niega a negociar con Rajoy. Estoy a punto de exiliarme con mi voto, si convocan unas terceras elecciones generales, por la ambición de los partidos de ser los que manden, los que más influencias tengan y los que más dinero repartan. El sorteo de lotería es el 22 de Diciembre, no en las urnas. Los ciudadanos queremos soluciones, no números premiados en la pedrea.
Ana Tapias.

lunes, 20 de junio de 2016

Muros de silencio

Mi pensamiento me vence en ciertos momentos, estudio mis suspensos como hija, como hermana, como tía, como pareja, como amiga. Me retuerzo en mis  dudas, en mis fallos, en mis meteduras de pata, en mi sinceridad.  Soy una hoja ruta,  con muchos días malos, en los que no estaré a la altura de las circunstancias, lo sé. Pero, también sé que elijo mal a los amigos, a los compañeros; que me encuentro ante muros de silencio, ante seres rocosos, con muchas aristas, que es difícil vencer. Nada puedo hacer,  sino me aceptan como soy: algunas veces lloro, y la mayoría asumo la realidad.

Ana Tapias

Esas miradas

A veces, notó alguna mirada, que me está juzgando. Me conoce levemente, pero se permite indagar en mi tono de voz,  más o menos brusco, más o menos apasionado, más o menos fuerte o débil; me juzgan por mi atuendo,  más o menos festivo, más o menos deportivo, más o menos atractivo; me critican por mis fracasos,  o aciertos a la hora de elegir o rechazar un trabajo, más o menos impuestos, más o menos fecundos, más o menos estériles. Si fuera valiente, que no lo soy, me acercaría a esa persona, hombre o mujer, y le diría" Que ya no vivimos en la España de los rebecas, de los burkas de silencio, de las ventanas cerradas" No sé si me entenderían, o se harían los suecos. Es más fácil juzgar que empatizar. Al empatizar nos damos cuenta, que ellos son como nosotros, que lloran al otro lado de las amapolas.

Ana Tapias.

Brexit, Elecciones generales, Campaña electoral americana, Hinchas,

La política está formada por hombres y mujeres, que disfrutan diciéndonos lo que deberíamos hacer, pensar, y, votar. Brexit sí, Brexit no. Derecha si, Derecha no. Izquierda si, Izquierda no. Hillary si, Hillary no. Donald si, Donald no. Todo se reduce al Ser o no Ser,  que escribió Shakespeare. Me niego a ser un" Hincha de unas ideas férreas e incambiables, que me llevan a pelearme con el otro equipo, como si fuera algo trascendental". La vida, no es un programa electoral cerrado y vacío de sentimiento. La vida, son puestas de sol, cargadas de sonrisas, de palabras, de versos animados a los que escuchar. La vida somos nosotros, no ellos.
Ana Tapias

domingo, 19 de junio de 2016

Dia Internacional del Refugiado

Hoy se celebra el Día Internacional del Refugiado. Una fecha para recordar, que todos llevamos un exiliado dentro. Aunque no todos, hemos de emprender la marcha hacia un país extranjero, que nos encarcela, que nos margina en  campos de concentración como si fuéramos culpables en vez de victimas, que nos expulsa de su monotonía, por miedo a ser participes de sus caducas acostumbres,  arraigadas en la tiranía de una sociedad que no cambia. Todos, viajamos cada amanecer hacia nuevos territorios, encumbrados en el hambre de afectos, moribundos de esperanzas,  desarraigados de sueños. Todos, somos bolsas que el viento arrastra a la deriva.

Ana Tapias

Las Ferias y Fiestas de Segovia

El sábado se inauguraron las Fiestas de mi ciudad, Segovia. El Acueducto, no me gusta que se hagan actos allí, se va a caer por el ruido; fue testigo de la  presentación de damas y reina de la Fiestas; de un pregón del periodista de la Cadena SER, Alfredo Matesanz, voz de nuestra vida; de fuegos artificiales; y de un concierto de Rosario Flores. Cierro los ojos, viajo al pasado, ese lugar del que nunca me arrepiento. Mis hermanas y yo, íbamos con nuestros abuelos, y padres a un calle larga,  lejos de casa. A montar en los "cacharritos", como llamábamos a las atracciones. Me encantaba el olor a almendras garrapiñadas, y a palomitas. Nunca fui niña de algodón de feria.  En la Plaza mayor, había una traca, con menos potencia que las de Valencia. A mis seis años, me moría del miedo. Nos refugiábamos,  en alguna casa de los soportales.  El día 29 de Junio, fiesta de San Pedro, veíamos los fuegos artificiales con entusiasmo. Abro los ojos, y descubro como he cambiado,  a pesar de los kilos, de las arrugas, de la vista cansada que cercena mi mirada; aún conservo la ilusión por ir a la feria.

A mis abuelos: Encarna y Leoncio.
Ana Tapias.

jueves, 16 de junio de 2016

Alpargatas

Paseaba por la calle Ezequiel González, en mi ciudad, Segovia,  acaramelada a la lluvia, que amenazaba a mis huesos con dejarlos humedecidos. Las tiendas se agolpaban, unas tras otra, no me fijé en ellas, hasta que me llegó  el olor a Alpargatas; ese que inundaba, mi adolescencia, de verano, dejando atrás las clases de colegio, y a mis compañeras de clase; que se burlaban de mi, por ser más tímida que ellas. A mi lado, paso una de aquellas adolescentes.  Me refugié bajo mi capucha verde, asustada, tímida, insegura; como si aún pudiera hacerme daño. He deseado, a menudo, sobre todo cuando las pesadillas arreciaban por la noche, aún las tengo;  decirla   que nunca la voy a perdonar,  por las lágrimas y por los años, que me costó superar su acoso.
Nunca he contado, el calvario que padecí entre aquellos muros cerrados, lúgubres, dictadores, de las Madres Marías Concepcionistas, de Segovia. Alguna vez, que lo he intentado, la gente me mira extrañada, incrédula, pensando que la culpa era mía. Hasta mi propia hermana, que estaba en mi misma clase, repetí curso, no acaba de creerme. La vida, me ha juntado con otras exalumnas del colegio, en trabajos, en hospitales, que sin yo decir nada,  me han confesado lo mal que lo pasaron, por otras adolescentes como las que soporté.
Sufrir acoso escolar, ahora que las autoridades se lo toman en serio, necesita  de  la compresión, del cariño, del apoyo del entorno, y de  la ayuda de un psicólogo. Yo,  solo contaba con las alpargatas,  que pesaban como losas al caminar bajo la lluvia, que resbalaba de mis ojos.
Ana Tapias 

Gotas de lluvia

Gotas de sangre cercenan mi esperanza. La violencia lo contamina todo. No sé cómo luchar contra ella. Quiero escribir acurrada bajo la manta de la ignorancia, pero no puedo.  Cada segundo,  cada minuto, cada compás de una sonrisa;  alguien muere a manos de otro, como si fuera fácil. Dios no da ni quita la vida, eso lo tengo claro, pero, también sé que ningún hombre o mujer, debería morir asesinado.  La humanidad, no baila bajo la lluvia, ni bajo las estrellas. Grita en  el calor asfixiante,  que es el odio, la venganza, la crueldad, la no empatía. Mis ojos lloran,  viendo como la gotas  la lluvia resbalan por los cristales.

Ana Tapias

Jo Cox

La muerte nunca es esperada. A Jo Cox, de 42 años, diputada laborista,  la encontró en Birstall, donde preparaba un evento. Un hombre, cuyo nombre no quiero recordar, la apuñaló y disparó. Jo, era una aguerrida defensora de los derechos humanos, de la igualdad del ser humano, de la paz, de los refugiados, de la permanencia del Reino Unido  en la Unión Europea. Su voz, sus ojos claros, sus labios tenues y consolidados en las calles, en las mariposas de la injusticia, en los cantos de esperanza, en la lucha por un mundo sin fronteras, sin dolor, sin miseria; han sido callados.
 Más allá de la tragedia que supone su asesinato,  se alza la figura de una gran mujer, cuyo ejemplo debería ser memoria para todos.
Con todo mi cariño y admiración a Jo Cox.


Ana Tapias.

La violencia en el fútbol

No entiendo mucho de fútbol, la verdad. Soy tía de un niño de seis años, que quiere ser futbolista, ama al Real Madrid. Hablamos de  los partidos, cada día. Ahora, en la Eurocopa, comentamos los goles de los equipos, me explica lo que es una "Chilena, un córner, un fuera de juego". Hay algo, que  me costaría explicarle, si me preguntará,  la violencia de algunos seguidores. Le diría, que beben  para pegar a los hinchas del otro equipo, y vengar la derrota con sangre. De cómo se buscan en las calles, de Francia, lanzándose mesas,sillas, papeleras, para machacar al adversario. De  cómo solo van al futbol,  para desahogarse de los goles que no saben parar en la rutina. Mi sobrino me escucharía incrédulo, pensando en la próxima parada que le gustaría hacer.

Ana Tapias

miércoles, 15 de junio de 2016

La educación de la mirada

Me gusta adivinar que esconden, que dicen, que no dicen, que anhelan, que roban las miradas. La más inocentes, la  de algunos mayores que  vuelven  a ser niños,  para reencontrarse con la ilusión. Las más crueles, las de los asesinos, que no dudan en matar para preservar el odio que llevan dentro.  Las  pasajeras, las de aquellos seres de ida y vuelta, esos que uno encuentra en la panadería, con una mochila al hombro, con cara de cansado y  con sonrisa agotada.  Las atrapadas,  las que se encuentran en medio de un jeroglífico personal, del cual no saben como salir, ni a quien pedir ayudar. Las agarrotadas, las de los que caminan con la boina ajustada,  para no despeinar sus lúgubres ideas. Las imposibles, las de aquellos encarcelados en sillas de ruedas, que sueñan con volar bajo la suela de los zapatos. Las soberbias, las de los funcionarios, ajustados a  una vida sin preocupaciones, sometidos a la rutina de ser felices, pues ellos si se pueden gastar dinero para permitírselo.  Las  derrotadas, las de aquellos que piden en las calles, sentados bajo la lluvia, a los que nadie escucha, a los que nadie interroga, por miedo a no saber qué decir.
Deberíamos  educar a la mirada, para que fuera amable, sincera, hermana,  de otras  miradas, que laten al lado de la nuestra.

Ana Tapias

martes, 14 de junio de 2016

Narcolepsia del debate a cuatro

Voté por correo el sábado, la campaña no me afecta. Anoche convencí a mi sueño que esperara una hora a que viera el debate a cuatro, pero, caí en una profunda narcolepsia. He soñado con las posturas y ademanes de los cuatro candidatos. Rajoy, el presidente en funciones; atacado una y otra vez. Sanchez, el hombre forzado por su partido a no pactar con Podemos, que tal vez hubiera sido su anhelado deseo. Ribera, el delfín de ambos, que no se define entre la izquierda desvaída, desfallecida, agonizante; ni la derecha acuchillada por la corrupción. Iglesias, el luchador descamisado, que proyecta reformas, subir el salario mínimo, bajar los impuestos, no expulsar a los desahuciados de sus casas. Los candidatos son aconsejados por sus equipos, el voto de los indecisos puede decidir su continuidad en la política, o su descenso a otro puesto de trabajo. Todos ganan, pero, todos perderemos, sino se ponen de acuerdo para gobernar un país inmerso en una profunda crisis.
Ana Tapias

lunes, 13 de junio de 2016

La señora de la Farmacia

Salí con mi madre, algo mosqueada con el servidor de Hacienda;  no me daba tregua para bajar el borrador de la "Declaración de la Renta", me he pasado días peleando, para poner una casilla, al final lo logré. En la farmacia,  había cola para entrar; pregunté a una señora, quién era la última. Nos enganchamos a hablar. Mi  madre, entró, la esperé en la calle. La señora, de unos setenta años, rubia teñida, gafas de metal. Me contó, que era la madre del farmacéutico, que había vivido en el barrio, y había  trabajado en una pastelería de la Calle Real; a la que iban a comprar los ricos de Segovia. Imaginé, esos años de la Dictadura, donde comprar pasteles era cosa de los ganadores, de los pudientes, de los que arrastraban rentas heredadas. Señoras con collares, señores trajeados con puro, que no disimulaban su gordura. "Mis abuelos, no podrían permitirse el lujo del dulce", pensé. Mi madre, cuando no queríamos merendar, o no nos gustaba algo de comida, nos decía a mis hermanas y a mi" Yo, que merendaba  una onza de chocolate, dentro del pan, si había pan". Desempolvando  sus recuerdos de la "Cartilla de racionamiento". La señora, llevó la conversación al terreno de la bondad" Todos tenemos que ayudarnos, hemos olvidado esa costumbre"," Pues si, la contesté sin convencimiento". Pensando en las zancadillas, en el egoísmo, que había recibido, incluso de aquellas, de aquellos, que consideraba buenos amigos.  Mi madre, salió de la farmacia, la conocía de vista. Cambiaron, breves, impresiones sobre el barrio, nos despedimos. Seguimos el paseo, por aquellos lugares, de los que había hablado con la señora. Viajé al pasado. La melancolía nos ayuda a aceptar el paso del tiempo.

Ana Tapiaa

Las victimas de Orlando

Uno se sienta, a veces somnoliento, frente al televisor, algo cansado, taciturno, y no espera recibir el impacto emocional que supone el asesinato de cuarenta nueve personas en Orlando. Uno no da crédito, piensa que no es verdad, que nadie es capaz de hacer algo así, por muy loco que esté. Pero el presentador insiste, ofrece datos concluyentes. Las imágenes son muy duras, un escalofrio recorre mi cuerpo." No mires", dijo a mi madre, padece del corazón, Omar Mateen, es el "presunto autor", de esta carnicería. Omar, entró en el Club Pulse, lugar de encuentro de hombres que aman a hombres, y estuvo tres horas disparando, hasta que fue abatido por la policía. El presentador,  informa que compró las armas( llevaba dos), por menos de 400  euros, creo recordar." Estados Unidos, debería prohibir la venta de armas", pienso convulsa en el sillón. Las horas pasan, uno se vuelve a sentar, ya resignado frente al televisor; asumiendo que ha ocurrido. La madre, de una de las víctimas, cuenta como su hijo le escribió por WhatsApp, lo que pasaba" Voy a morir", dijo. Mis lágrimas,  congelan mi mirada. Busco sus rostros en los periódicos, encuentro a  Amanda Alvear,  a Mercedez Marisol Flores, a Eduard Sotomayor, a Kimberly Morris,a  Evan Tomlison, y los otros 44; cuyas fotos sonrientes, desintegran en cubos mis facciones. Me vuelvo un retrato cubista de dolor.
 Uno no entiende,  a quien arrebata la felicidad, la sonrisa, la imaginación para creer que el mañana es un sueño aún por vivir. Y odia al asesino, sin querer;  a su carga de venganza en sus gestos; a su pose de vengador,  de un mundo atrasado, dictador, que no ama la libertad, sino la opresión.
"Es mejor no caer en la trampa del odio", pienso. Pero sé que no le perdonaré.
Descanse en paz.
Con todo mi cariño a las víctimas.

Ana Tapias.

Nueva víctima de la violencia de género

El domingo, otra mujer fue asesinada en España. Abro mi red social: Facebook; escribo unas palabras en contra de la violencia. De mis tres mil  amigos,  sólo cinco mujeres lo condenan. Miro los muros del resto, haber que les importa, observo con pena, con frustración, con lágrimas acarameladas a la derrota, que comparten noticias sobre las "Elecciones del 26 J", la campaña ha entrado en las redes; otros  hablan del fútbol, de lo que han hecho el sábado y el domingo; y algunos, copian frases en colorines,con palabras muy esperanzadoras rematadas con un Amen;  que a mí me parecen una cursilería, sin sentido. Todos, inmersos en sus batallas interiores y exteriores, olvidan  que en España, la violencia  maltrata, cada día a muchas mujeres, y, algunos hombres, que necesitan salir de su armario de dolor y contar la tragedia en la que malviven. Ayudémoslas, ayudémoslos, a vivir con dignidad, esa que les es arrebatada. Escupamos al ostracismo, las actitudes maltratadoras.
No más violencia.


Ana Tapias.

sábado, 11 de junio de 2016

La fiesta del pueblo

Hoy en  el Cubillo, un pueblo segoviano, en el que nació mi padre y mis siete tíos. Se celebra la fiesta de San Antonio. Mis padres,  han ido a juntarse con cuatro hermanos, en la casa de la tía Juana, que murió hace ya muchos años, más de los que puedo juntar en mi memoria, y ahora es de sus tres hijos. Mi padre iba feliz, y eso me ha hecho recordar las fiestas que viví cuando era niña y adolescente( no con  mucho entusiasmo la verdad). Mi madre nos obligaba a ponernos un vestido muy bonito, que había cosido con mucho esfuerzo y dedicación, para que no desentonáramos al lado de las niñas del pueblo, que nunca nos hablaban, solo nos miraban con desprecio. Mis hermanas y yo, creíamos que lo hacían por envidia a nuestros vestidos, más bonitos que los suyos. Tras media hora de viaje, por una carretera donde veíamos vacas y a veces toros, eso pensaba yo; llegábamos al pueblo, nos bajamos del coche, besábamos a los abuelos, tios y primos,  e intentábamos dejarnos llevar por el ambiente de fiesta, que no logramos entender del todo bien. Ibamos a misa. Las vecinas del pueblo, comandadas por la Máxima, cantaban en un tono diferente,  al que nos hacía cantar en el colegio Sor Milagros. Al salir de la misa, todos muy trajeados, las corbatas no combinaban bien con la boina. Nos dirigíamos a salón a comer bollos. Los hombres se sentaban en la mesa, las mujeres estaban de pie. En casa, la abuela, Evarista, hacia la comida en una cocina de leña. Los niños nos amontábamos alrededor de una mesa no muy grande, en la cocina, al lado de la chimenea. Los mayores se apiñaban en el comedor. No sabíamos qué decían, ni qué hablaban, solo les oíamos reir y decir" Madre y padre", que nos sonaba extraño, nosotras  decíamos mamá y papá. Los gatos pululaban de un  lado a otro, esperando los restos que los harían participar de la celebración. Al terminar la comida, siempre muy tarde, salíamos a pasear por el pueblo, ya con otros trajes, menos festivos. Todos nos preguntaban¿ De quién éramos hijas? Cosa que mis hermanas y yo nunca nos habíamos planteado. Volvíamos a Segovia, cansadas de costumbres ajenas a nuestra monotonía.
 Hoy, he  recordado con cariño a mis abuelos, Saturnino y Evarista, quienes disfrutaban de sus hijos en el dia de la fiesta, y he querido ponerme ese vestido y esos zapatos, para abrazar por un momento s los que ya no están.


A mis abuelos, con  todo mi amor.


Ana Tapias.

Mariana y Leslie

Mariana y Leslie, tenían trece años, eran mexicanas. Se amaban. Sus  padres, condenaron al ostracismo   su amor. En un momento de dolor, imagino, de no aceptación del rechazo de sus familias; decidieron que era preferible colgarse de un árbol a dejar de verse.  La sociedad, ha de respetar, aceptar, armar de contenido, el amor entre personas del mismo sexo. La inquisición, la esclavitud, fueron abolidas;  entre todos deberíamos abrir los candados de condena, que son miradas, que son insultos, que son reproches a aquellos, a aquellas, que se aman escondidos por miedo a la homofobia, que aún existe  en la  la sociedad.


 


Ana Tapias.

jueves, 9 de junio de 2016

Paquistaní quemada


En Murree, a 500 kilómetros de Islamabad, una joven paquistaní de 19 años, fue torturada y quemada por el hombre al que rechazó como marido, y cuatro miembros  de su familia. Al ir a denunciarlo a comisaria, los agentes dijeron" Son cosas de familia", y no cursaron la denuncia.  El gobierno paquistaní, ha de legislar para educar en la igualdad entre hombres y mujeres,  Las mujeres tenemos que aprender a sonreír en libertad, y  olvidar el sabor de las lágrimas, que encierra la absurda y marginal tradición.
Ana Tapias.

Senderismo emocional

Con el paso de los lustros, de las estaciones, de las caras de ida y vuelta, de la muerte. He aprendido a llorar a la espalda de mi silencio. Sonrió elocuentemente,  para disimular la tristeza en la que vivo. Camino por la vida en busca de mi destino capicúa. Caigo, me levanto, caigo, me levanto, lloro, rio. Encuentro una flor que cobija mi melancolía. Callo, observo, dilucido, pienso, vomito, me estrello contra el adiós. Lloro al otro lado de la felicidad, esa que muestro repetidamente para que nadie que me pregunte.

Ana Tapias. 

Elecciones

Esta noche comienza la Campaña electoral, a los que algunos llaman "Segunda vuelta", no lo es, son elecciones. Las calles se llenarán de candidatos, sonrientes, a los que nunca nos acostumbraremos; que prometerán lo que queremos oír.  Alguien nos hará la pregunta ¿Tú a quien vas a votar a la derecha o la izquierda? Los amigos discutirán encarnizadamente por llevar al otro a su terreno, pero, la ideología se lleva en los genes, y es difícil luchar contra los sentimientos. Votar, votaremos, y que gane el que la soberanía popular decida.
Ana Tapias

Volver al ayer

Cuando  no me salen las cosas como deberían o como me gustaría. Me gusta desprenderme del hoy  y acurrarme en el ayer. Volver a las tardes de mi infancia, tardes en blanco y negro, en el cuarto de estar de mis abuelos. Llegaba cansada del colegio, aburrida de intentar aprender cosas que me daban igual, que no lograba memorizar, que repetía monótonamente como si fueran algo importante.Mi abuela me daba un bocadillo de"Nocilla", mientras veía en la televisión a Gaby, Fofo, Miliki y Milikito." Había una vez un circo", llenaba mi espacio vital de alegría. Ahora, mi espacio está contaminado por las derrotas, por las preocupaciones, por las lágrimas, por la melancolía de lo que fue y no volverá. No puedo renunciar al pasado, desde mi presente con sabor a futuro. 

Ana Tapias

martes, 7 de junio de 2016

Palabras

Las palabras me acechan, como si fueran enemigos de los que es  imposible escapar. Llevo media vida escuchando frases " No puedes, no vales, tú qué haces aquí", entre otras lindezas mayúsculas,  que me he negado siempre a aceptar. Es más,  me motiva oír palabras que llegan a mi corazón, como si se tratase de una diana a la que desangrar. Entonces sé que debo luchar;  que he de levantar mi  mirada que lloraría y lloraría; que he de ser fuerte y no rendirme. Las palabras me vigilan, pero no las temo, voy a su encuentro, decididamente,  para tragarme su aliento.
Ana Tapias


19 mujeres Yazidies

19 mujeres Yazidies,  han sido quemadas vivas, en una plaza de Mosul, por negarse a ser esclavas sexuales. Llegaron encarceladas en jaulas. Imagino, su hastío de vivir en un mundo que las condena, que las asesina, que las entrega a la nada, por no someterse a los dictados de la locura, de la barbarie, de la sinrazón, de un Estado ilegal; cuya  soberanía es el dolor. Nadie debería morir a manos de otro.  Nadie debería someterse a la lucha, que supone aceptar una tradición cargada de contraseñas de intransigencia. Nadie debería ser asesinado,  por decir"No". Pero en este mundo, tristemente, manda quien tiene las armas, y ellos las tienen  para ejecutar.
Descansen en paz.

Ana Tapias

viernes, 3 de junio de 2016

Naufragio

Zuara, es una ciudad Libia, a cuya playa han llegado, 117, daveres. Las imágenes nada abstractas, de hombres y mujeres, inertes sobre la arena, flotando sobre el mar, incapacitados para resucitar. Tendrían qudesnudaconciencias; despertarespuestade la UnióEuropea; alarmar a la opinión pública. La  legióddesheredados, quse bateduelo coel oleaje, forman una plasticidad de fantasmas, de loque huimos bajo usilencio monocorde. Nuestro naufragio interior los ahoga.


Ana Tapias

jueves, 2 de junio de 2016

Matices

Llevo media vida intentado conocerme. Ya no sé si soy una sonrisa franca, o unas zapatillas qucaminan. He llegado a la frágil conclusión"Qusomos armariorepletode matices, con los qucada dia hemode litigar".

Ana Tapias