Zuara, es una ciudad Libia, a cuya playa han llegado, 117, cádaveres. Las imágenes nada abstractas, de hombres y mujeres, inertes sobre la arena, flotando sobre el mar, incapacitados para resucitar. Tendrían que desnudar conciencias; despertar respuestas de la Unión Europea; alarmar a la opinión pública. La legión de desheredados, que se bate en duelo con el oleaje, forman una plasticidad de fantasmas, de los que huimos bajo un silencio monocorde. Nuestro naufragio interior los ahoga.
Ana Tapias
A nadie -me refiero a ningún gobierno occidental u oriental- le importa la suerte de unos cuantos miles de refugiados; lo que importa es ver la Eurocopa y los toros...ya sabes panem et circenses
ResponderEliminarTal vez los importe y no sepan qué hacer; o no tengan medios; o no les importe....
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