La política es como los hospitales, uno sabe cuando llega, pero, no cuando se va. Esperanza, mujer generosa de gestos, de palabras, de sonrisas; se despide, con la pena contenida, de no haber descubierto, qué hacían sus hombres de confianza, encarcelados por sus "Presuntas hazañas"; que ni don Quijote, se hubiera atrevido a imaginar, inmerso en deshacer entuertos y encantamientos. El pueblo, amedrentado por los impuestos; no tiene tiempo de encajar esta dimisión; que le ha sumido en un profunda reflexión sobre si" Dulcinea del Canal",lo sabia o no lo sabia. " Está es la cuestión", como diría William Skaheasperare.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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