La guerra sigue en Alepo, las bombas, los atentados, las matanzas, no dan tregua a la exigua población que sobrevive. Occidente, mira con impotencia a los muertos, por los que nada puede hacer. Lloramos su dolor, entendemos su desesperación, su tristeza, su agonía. Nadie se salva de las guerras, ni siquiera los que observamos a ,esos seres, que parecen microscópicos en la distancia.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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