Las imágenes de del Sur de Colombia, donde sino me equivoco, se han desbordado tres ríos, llevándose la vida de casi trescientas personas; se unen en mi mente, a la entrevista del médico belga "Francois Damas", que practica la eutanasia en Bélgica, está legalizada. El abismo se asoma a la realidad: por un lado, la muerte asesina, que llega de forma inesperada, cruel, vengándose de los más pobres, que hacen sus casas en los cursos de los ríos; por otro lado, la muerte elegida, que la ofrece un médico, para paliar el sufrimiento desgarrador, del enfermo. Si llego a la edad, donde el dolor me derrumba, me invita a exiliarme de mi figura; quiero elegir cómo morir. Apretando la mano a mi sobrino, Guillermo, sonriendo a mi adiós, mientras escucho un poema. La eutanasia, debería ser un derecho.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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