Estos dias, me noto desencantada de las personas; menos mal, que aún me quedan las margaritas. En mi paseo, diario, camino como si fuera una adolescente en busca de su primer amor para encontrarme con ellas. Algunas sólo existen a medias. Su otra parte ha dejado de vivir dentro de los espejos: se acomoda a la hierba o al asfalto; donde un zapato con prisa y sin oídos, la pisará sin piedad; sin vigilar su grito de tristeza; sin miedo a desprestigiar su sensibilidad. Hablo con ellas de mi soledad; de mis versos inacabados; de mis dolores con interrogantes. No saben qué decirme, callan . Doy me dia vuelta hacía mi desencanto.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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