No me dejo cautivar ni vencer, ni someter por la tristeza. Creo en el amanecer multidisciplinar de luna, de aves, de formas incipientes que se abren a la realidad. Grito, cada día, "La vida es maravillosa". La tristeza me rodea, pienso en lo que sufrí: las zancadillas del destino( nunca me salen las cosas bien, como a los demás); la maldad de las palabras del hijo de mi abuela, mujer e hija, que construyeron mi infancia, adolescencia, madurez, con lágrimas; las traiciones de los amigos; la crueldad de compañeras, compañeros de trabajo; el silencio de los muebles, que vieron a los ladrones que entraron en mi habitación y callan; el murmullo de la envidia que me ha perseguido durante años. Pero, a pesar de todo, creo en la belleza de un mundo que no deja de sorprenderme; que invade la frontera de la tristeza, la deja a un lado, callada, inhóspita, aburrida, sin dirección; entonces escapo hacía la alegría donde me instalo.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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