¿Hay una realidad o varias realidades? Es díficil, empatizar con la mayoría de las personas que no piensan, que no inventan, que no caminan, como nosotros. Por eso se producen las rupturas de padres a hijos; de hijos a padres; de matrimonios y amigos de toda la vida; de noviazgos incipientes. El adiós definitivo, llega cuando rasgamos el diálogo interior con nuestro paisaje íntimo. Una vez, que olvidamos mirar a nuestra esperanza, la realidad se descompone como si fuera un cuadro cubista en mil realidades, en las cuales nos perdemos sin remedio.
Ana Tapias(todos los derechos reservados)©
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