domingo, 20 de mayo de 2018

Viaje en autobús a Madrid

A veces, cuando voy de Segovia a Madrid, tengo la suerte de conocer a mujeres, casi siempre son mujeres, que me cuentan su vida. Luego me las encuentro por las calles de Segovia y no me reconocen;  las miro como si fuera su vecina de enfrente, esa a la que cuentan en sesenta minutos sus vidas. Algunas son vidas confortables;  otras sumisas al destino que las depara tragedias. A Gabriela, la arrebató muy joven a su marido, a los tres años de su muerte,  a su hijo en un accidente de tráfico. Ahora, tiene una nieta de catorce meses que los ha devuelto la alegríam  a pesar de las ausencias que no pueden, ni deben olvidar. Todo pasado tiene una frontera silenciosa de dolor, que debe ser invadida con nuevas esperanzas para no caer en la soledad de la tristeza. Al llegar a Madrid, la pregunté su nombre para agregarla a mi Facebook, la he buscado y no sé quién es. Tal vez, nos volvamos a encontrar en otro viaje en un autobús
Ana Tapias(todos los derechos reservados)©

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