Cuando paso a su lado, siento que me hablan. Me cuentan lentamente, en voz baja; cómo las abandonan sus amigos en busca de un egoísmo más afiliado; cómo las torturan los cotillas con sus preguntas; cómo las manipulan los rayos de sol, que las hacen girar de un lado a otro; cómo las ignoran los cisnes envueltos en su asegurada belleza; cómo las acaparan para ser regaladas y mostradas es jarrones sin sensibilidad; cómo sus pétalos se desvanecen en soledad, sin ser escuchados, ni amados. Me despido de ellas con ternura, pues sé, que soy yo ,también, una flor.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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