domingo, 13 de octubre de 2013

La puerta equivocada

Tras la conmoción que sufrí por otra cremallera que se me resistía y habia acabado con el pañuelo regalo de Idoia, fui al baño. El pañuelo estaba atado a mi cuello y a mi bolso. Parecia que tenia un esguince en mi codo derecho. Mi confusión mental se agravó al llegar al baño. Entré en el servicio y al buscar la puerta de salida, hay baños que parecen un laberinto de puertas, fui a la puerta equivocada.  Apretaba con ganas la puerta para salir,  cuando me encuentro con una mujer que salía de dentro.
 
-Perdóna-dije. Creia que era la puerta de salida. Se rió y dijo" cómo salia del baño no dije nada por eso".
 
Las puertas como las cremalleras no son lo mio.
 
Ana Maria Tapias Garcia.


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