Ayer el Museo de Segovia proyectó la pelicula" Nosferatu", relizada en 1922. Cuando terminó no tenia ganas de levantarme de la silla. Estaba impactada por el vampiro que hablaba a través de los gestos. Derrochando palabras en miradas. Miradas que hablaban desde el vacio de su vida y la lentitud de sus emociones. La sombra de Nosferatu atrapaba a sus víctimas proyectando su sombra en el sueño de ellas.
El sueño y sus sombras siempre nos dejan en las cunetas de la esperanza. La esperanza de ser mordidos por las utopias.
Ana Maria Tapias Garcia
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