Amanece en silencio, desde mi ventana, hoy, medio abierta. Observo el perfil de la sierra, aún por determinar, aún por ser consecuencia, aún por dejarse querer por los rayos de sol. Amanece sin la cobertura del adiós, que llegará en el ocaso, cubierto del polvo de coches, de autobuses, de fábricas que contaminan hasta la nostalgia. Amanece sin prisas, en este viernes otoñal, donde las hojas seguirán cayendo sin preguntar.
Con cariño a Leo.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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