domingo, 29 de octubre de 2017

Inmigrantes en Calais

Hombres, mujeres y niños de otras fronteras, llegan a las nuestras, a través del Mar Mediterráneo, surcan la incertidumbre, buscando amparo, refugio, consuelo a sus tragedias. Cuando mueren, nadie pone fotos con sus nombres, con sus aficiones, con sus amores, con sus cantos de esperanza.  Son cadáveres silenciados, envueltos en la pobreza que no da para grandes titulares. La mayoría que llegan, son considerados seres clandestinos, que han de huir de la justicia de los países de no acogida. Algunos se hacinan en campamentos improvisados  como Calais, donde se agrupan decenas, no sé si miles, de inmigrantes,  en condiciones difíciles de soportar. Anhelan llegar hasta el Reino Unido, para encontrar un futuro sin precariedad. Pero, no los dejan salir de Francia, yacen como si fueran muertos en cementerios, surcando una nueva travesía la de la indiferencia. Europa debería dar salida al sufrimiento de los que nada tienen.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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