lunes, 2 de octubre de 2017

Cataluña y la desobediencia civil

El domingo me encontraba desvaída, por el que estaba pasando en muchas calles de Cataluña. El gobierno español, en minoría en el Parlamento,  al que llegó, tras dos elecciones sin lograr la mayoría, y en el que se quedó por la decisión del Partido Socialista, de no perder más votos en unas supuestas terceras elecciones generales, y,  por al automatismo de Ciudadanos, decidido a mantenerse con los que le quedaban. Tenía que afrontar solo, qué hacer ante el  referéndum ilegal, que era un acto de desobediencia civil contra una ley, la Constitución española, que se ha quedado en formol en la España de 1978.  Mandó a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a enfrentarse con los ciudadanos, que querían entrar en los colegios, patios, soportales  a votar en unas urnas chinas, que parecían papeleras, donde uno tira los papeles que pasa por la trituradora. Hubo ciudadanos que burlando el cordón de seguridad, establecido por los Mossos, votaron hasta cuatro veces. El presidente del gobierno, tendría que haber ido él a las calles catalanas, con  micrófono en mano, a intentar convencer a los aguerridos catalanes,  quienes portaban claves rojos, como si aquello fuera la Revolución de los Claveles portuguesa.  El presidente seguía el desarrollo de la jornada ilegal, desde su trinchera, agazapado. Asistiendo al enfrentamiento de policías y de guardias civiles, contra el pueblo, aleccionado para la lucha contra el Estado opresor. Dejado a su suerte  por todos los partidos políticos, cuyos lideres se escondieron en sus sedes electorales, para ver cómo caía el presidente de gobierno, y ellos se acercaban a la Moncloa. Paraíso con dueño cambiante. Puigdemont, el presidente de la Comnidad Catalana, ya se siente Presidente de la República independiente. Piqueras será el Jefe de Gobierno y Ada Colau,  la Ministra de la vivienda.  El pueblo catalán, gritará victorioso" El rey ha muerto, viva el rey". Mientras el resto de los españoles seguiremos  soñando con llegar a fin de mes
Ana Tapias( todos los derechos reservados)

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