Leo un articulo en el Diario el Mundo, titulado"La muerte acecha a los niños malnutridos de los asediados suburbios de Damasco". La guerra no cesa en Siria desde el 2011, ha dejado miles de cadáveres, sobre las conciencias de los asesinos que hacen esta guerra, y no la paran. Entre las victimas, nada colaterales, se encuentran niños desnutridos, entre ellos Sahar que vivió 34 días. No quiero imaginar, la agonía de este bebé, que dejó su llanto, segundo a segundo postrado en el hambre, el maldito hambre; que llenó su corazón de tristeza; que postergó a sus pulmones al olvido; que perdió su tenue voz, entre las sombras de adiós, que recorren las calles de Siria, sin pedir permiso a las balas, a las bombas, que nadie prohíbe; que descuido su melancolía para perderse en el recuerdo de sus padres, que tal vez sobrevivan a la guerra que no cesa.
Con todo mi amor hacia la pequeña Shar
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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