Nunca habia llorado por un acontecimiento político en España, el golpe del 23 F, me pillo en cuarto de EGB. Sor Dolores, nuestra tutora, nos obligó a rezar el rosario, mientras escuchaba por la radio cómo los diputados eran liberados del Congreso. Ayer me senté a las tres de la tarde delante del televisor, algo hastiada por este mes de abandono de la legalidad por parte del Parlamento Catalán, para observar qué iba a pasar. Dos partido políticos, Juntos por el Si y la CUP, votaban "Declaración de Independencia y abrir un proceso constituyente". La señora Forcadell, presidenta del Parlamento, pedia una urna, el voto sería secreto. En las cabezas flotaban los delitos que"presuntamente" podrían cometer. La urna, me recordó a una urna cineraria cargada de cenizas. La presidenta, cuenta votos con parsimonia, teme equivocarse. Gana el si, por 70 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones. Aplauden, la República acaba de nacer. Las lágrimas ahogan mi garganta, salen hacia mis mejillas. Aplauden, cantan, sacan la bandera de la ONU. En las calles, la gente llora, vitorea, aplaude. El resto de España ha enmudecido. En el Senado se vota el articulo 155, diseñado por los padres de la Constitución. Quitan la bandera española de ayuntamientos independentistas. El gobierno se reúne, cesa al Gobierno de la Generalitat, al jefe de los Mossos, convoca elecciones para el 21 de diciembre. Los independentistas hablan de celebrar una paella insumisa. La mayoría silenciosa, sale a la calle con la bandera de Cataluña"la Estelada", que ha de ser respetada. Mis lágrimas han cesado, confió en el Estado de Derecho, que propugna la Constitución. Cataluña, será libre de la tiranía impuesta por 70 personas.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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