Nada es gratis en nuestras vidas y menos el atardecer, que se engrandece de adiós, ante nuestras miradas lacónicas, cansadas de luchar contra la rutina impuesta, ante la que no podemos contestar, ni llevar la contraria. Si lo hacemos, somos derribados como si fuéramos insumimos de la vida. El trueque del valor, del compromiso, de la lucha, exige pensar y para eso hay que entregar nuestros ahorros de valentía, que se esconden para no ser vendidos.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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