Siempre he pensado, que las sombras vivían en otro mundo, el cual, a veces, me empeño en conquistar. Abro mi cámara como si fuera una red para cazar mariposas y disparo. La sombra permanece quieta, ausente, cercana. Al llegar a casa, observo las fotos. Leo las palabras escondidas en ella. Me dejan en una ciudad sin significados, carente de semáforos, olvidada por las paredes, dispuesta a ser conquistada por el adiós. Seguiré cazando sombras.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(
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