La mayoría silenciosa, como han sido bautizados los catalanes, que no quieren la independencia, que aman la Constitución, que lo mismo se sienten felices comiendo un plato de fabada que pan tumaca. Se manifestó en Barcelona, tomando las calles abocadas a la independencia de Puigdemont y de su segundo, adalides de las libertades en Catalonia. Vargas Llosa, lanzó su discurso al aire, que es donde viven las palabras de los escritores. Borrell, lanzó su discurso al corazón, que es el que late cada día bajo una realidad que muchos no anhelan. Cataluña es unidad, es respeto, es democracia. Cataluña somos, cada español, que abrazamos en el horizonte a su cultura, a su idioma, a su forma de expresarse, como si fuera nuestra. La voz de Borrell, siempre, quedará en la historia de un país, el catalán, que ha de aprender a hablar en público. El silencio es cómplice de la intolerancia.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(
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