Asusta, ver
cómo hombres y mujeres, algunos descalzos, , cargan con cruces, que pesan más
que su cuerpo, que pueden derribarlos en cualquier momento, que son una carga
añadida a la animadversión del tiempo, que erosiona aún más sus almas
deterioradas, vencidas, esculpidas por el dolor. Y uno se pregunta ¿Qué
hicieron, para llevar esa cruz? ¿Qué pecados tienen que ser perdonados?¿ Qué
destino los ha dejado ante el calvario? Los penitentes, vierten lágrimas sobre
nuestras conciencias, también adúlteras, que cargan con otras cruces en silencio.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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