A
veces, es necesario despojarnos de todo y buscar lo mínimo, acceder a esa parte
de nosotros ,que solo necesita de un instante, de una cosa, de una realidad
para ser feliz; para no anhelar, viajar
hacía otros espacios donde sentirnos a salvo de la muerte, que es al fin y al
cabo, la única que domina nuestros pasos, nuestras palabras, nuestra música
interior; que nos abandona en una bolsa
de plástico, para huir, para volar, para ser parte del aire sin contaminar.
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