La sencillez es la belleza de una mirada no corregida, con arrugas; erosionadas por el tiempo filtrado sobre sus pies, que no aciertan a bailar el pasadoble, como antes, en la plaza del pueblo, donde aún siguen acudiendo, cada tarde, después de dar un paseo acompañados por su gato y por su perro, que nunca se pelearon, porqué siempre tuvieron claro quién era quién en la escondida casa, que flota en el recuerdo de una vieja fotografia.
Ana Tapias( todos los derechos reservados(
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