Hay una poesía no escrita que huye de ser invadida por la poesía escrita. Las no palabras, contaminan a los sujetos caminantes, los obligan a pararse en los semáforos, a resguardarse de la lluvia, a reprimir no caerse en los baches, a soñar desde lo alto de las azoteas, a despeinarse sin pensar en las canas incipientes, a volar tras las ausencias, a esquivar las dudas chocando contra los espejos. La poesía decide fugarse para no ser interpretada.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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