Ver nevar es un ejercicio que se parece al absolutismo, nadie puede oponerse a sus dictados. Los copos caen, lentamente, como las decisiones de los gobernantes que se incrustan sobre cornisas, calles, carreteras, árboles, hojas otoñales, que se sienten fuera de lugar en el invierno. Los ciudadanos dudan sobre si protestar o callarse ante las negligencias producidas. El silencio con la nieve nos vuelva cómplices, por eso, es bueno alzar la voz, pese a la soledad de una sociedad que está acostumbrada a vivir bajo el valium
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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